En el rincón de Halloween
el esqueleto Serafín,
al del ataúd, dice así:
Yo a la hora de asustar,
asusto más que tú.
En cambio el doctor Pumpkin
montado en su autobús
le dice al señor King:
Soy el rey de las calabazas.
Todos me llaman mister "Boo".
Y madame Fortunata
en su mansión fantasmal,
a los niños del truco o trato
desde la larga escalinata,
les grita un buen rato:
¡Niños, dejad de dar la lata!
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