20/2/12

Leer para escribir: Siguientes capítulos.

 Almuñécar
Eran las doce y tres minutos cuando llegamos a Almuñecar después de dos horas de interminable viaje.
Nos instalamos en el gran, inmenso y cálido hotel en un día tan caluroso como podría ser otro cualquiera, pero el día cambió, las nubes se posaron en el Horizonte y nublaron por completo el cielo. En ese momento mi familia y yo supimos que ese día no nos bañaríamos.
Yo, me fui a mi habitación, cogí el mando de la televisión y me tumbé en la fría cama, fría pero cómoda. Entonces pensé en el próximo día en el que por fin podría bañarme.
Tardó, pero al fin, llegó el día posterior, Viernes, mi día favorito después del Jueves.
Cogí mi bañador rojo y me lo puse, también cogí mi tabla roja y a toda pastilla me dirigí a la playa para refrescarme y darme un baño.
La arena quemaba, es más, ardía, pero el agua lo compensaba porque estaba súper fría, el agua salada me recorría la piel por mi fina piel.
Me encantaba la playa, la salada e inmensa playa tan inmensa como las series de todo el mundo. Siempre recordaré los días que estuve en Almuñecar, en la playa de Almuñecar.
Luis

La playa
Llega el verano en mi Andalucía querida. Brisa mediterránea, y humedad en el aire.Huele a limones recién cogidos, y a cariño de madre. Un calor agobiante te asfixia. El ventilador da vueltas como un molinillo de color. Maxi y yo bajamos a la playa. Él observa la arena fina, blanca y cálida, y se acurruca entre su pelaje. El mar frío, solitario pero a la vez muy querido. Me sumerjo, en las cálidas aguas del mediterráneo. Mi cuerpo está en paz con el agua, mi mente muy relajada y serena conmigo misma. Las olas me van dejando en la orilla, como una botella con un mensaje dentro.
Dos mujeres caminan por la playa, descalzas, sujetándose las pamelas por el viento.Sus vestidos vuelan como palomas libres. Llevan en la mano sus zapatos, con los rostros misteriosos y ocultos por las gigantecas pamelas blancas. Se dejan llevar por la ilusión y el viento y en un abrir y cerrar de ojos cruzan la playa.
Maxi, mi querido amigo, tú ves las cosas como nadie las ve; tú te tomas las cosas mucho más en serio que los demás. Una playa, para ti, es un horizonte de esperanzas y un espejo de blanco reflejo. Eres diferente a los demás...

Enma 

Los húngaros

Todos los santos días, veo en mi pueblo a muchísimos "húngaros". Todos con sus grandes, doradas y gordas barrigas; mujeres con la trenza de "Rapuncel"; otros como me dice mi madre: "tienes el pelo más enredado que el moño una húngara"; niños que se dan de chulos, y amenazan, y dicen: "No hay ganas ma' " y están tumbados a la bartola y dando la blasa en el sofá.

Pero lo que sí tienen en común todos, su basto carácter, que en nada que le dices algo, por insignificante que sea, te dicen: " Tu a mi no me chulés, que te doy un tortazo que te mando a Mallorca"

Al menos, sabemos que hay húngaros que no se dan de chulos, ni amenazan, ni insultan ni arman follones, y que solo quieren ser como los demás. Aunque solo sean pocos, por lo menos sabemos que aún quedan buenas personas.

Ana

Expresión escrita: El baño
Una tarde del mes de junio, bajé a la piscina. El sol deslumbraba, la gente gritaba. El socorrista no sabía que hacer, porque la gente no paraba de ir a decirle que no tenían sombrillas. Los refrescos no daban a basto, él tampoco. Algunos chiquillos correteaban, nadaban y algunos jugaban a la pelota en la piscina. Las madres tomaban el sol y a la vez no le quitaban el ojo a sus hijos por si les pasaba algo. Las personas llevaban allí desde las once de la mañana y se quedaban  todo el día. Los que no se permitían el dinero para comer en el restaurante de la piscina se iban a sus casas a comer y luego volvían.
El quiosco se quedando sin chuches, de los viajes que daban los niños. A las ocho suena la sirena todo el mundo recoge, se ducha y hasta mañana.
Bárbara

Expresión escrita:"El baño"
Entramos en la habitada,alegre y conocida piscina.
Llena a rebosar hasta el filo escurridizo que sonrisas pero a la vez que desastres crea.
En la sombra de el manzano(donde enterraré a "Panecillo") nos sentamos.
Yo en una tumbona y el inspeccionando el manzano mientras que comía delicadamente la manzana tan enorme,limpia y roja como su corazón.
Luego decidí pegarme un chapuzón en la pureza más cuidada del pueblo.
Me metí en la orilla para alejarme del alboroto y apoyé la cabeza en la pedregosa pared que hacía que el agua no se desprendiera hacia todas direcciones.
"Panecillo" se vió en el reflejo cristalino y se dió un gran susto pero le expliqué que era como un espejo, sólo que líquido y húmedo.
"Panecillo" sorprendido se metió en el agua y aunque creáis que es mentira le gustó el dulce baño.
Al irnos era ya muy tarde,¡casi la hora de comer!.
No llevaba reloj pero por el el sonido de el estomago de "Panecillo" creo que era hora de cenar.
Me fui a casa y me despedí del socorrista que ya casi ni trabajo tenía.
Raúl C.

El almendro

En la pradera de mi alma un gran cerezo en flor crece por momentos como mi amistad con Maxi. Me hundo en mi mar de pensamientos. Floto a la deriva sin rumbo. Despierto debajo de un bonito almendro. Mi amigo observa, atentamente a una divertida ardilla, que corre por el almendro en busca de alimento. Mariposa de color que surcas los cielos, que abres mi alma al mundo.
La flor del almendro desciende sobre el hocico de Maxi. Lucha por quitársela de encima. Ella se defiende hábilmente. Yo entre pensamientos dulces y carcajadas, la cojo, y la poso en mi mano. La flor renace entre bonitas y delicadas gotas de rocío, sangre de ruiseñor, una espina despiadada de rosa, pétalo de lirio amarillo. ..
No podías ser más bonita, no podías ser más delicada y a la vez más divertida.
Enma

Narración El olivo
Al llegar vi a aquel árbol, quieto, sin mover ni una rama, parecía que él también me miraba con una mirada perdida, tanto, que no había quien la encontrara.
Todo el día pensando en él, en que clase de árbol sería; ¿Una acacia, un pino, un sauce o una bailarina mecida sobre el devastador viento?
Cuando tocó la campana salimos como fieras, causando estragos por los pasillos.
Jugamos a policía y ladrón, me paré y me pillaron. Me daba igual. Yo seguía quieto ante la presencia de aquel árbol, ( el olivo ) que había hecho que el tiempo se parase por completo en un abrir y cerrar de ojos.
El tiempo pasaba como los coches en una autopista sin peaje.
Solitario, majestuoso y viejo el olivo, solo en el patio, pues había vuelto a sonar la sirena.
Por fin salimos de la fortaleza de estudiantes y lo volví a observar, una aceituna me golpeó la cabeza y... me desperté en mi suave cama con el sonido de mi escandalosa alarma.
Luis
    Esa sensación de acogedora y cálida acogida que te da el mar y la arena; ese indoloro golpe de las olas del mar contra ti,a contracorriente. Esos diminutos granos de sal que luego escuecen cuando no te los quitas. Esas sensaciones que se sienten al aire libre cuando dejas tu alma libre de estrés, Estrella.
Ella tenía los ojos cerrados pensando en mis dulces palabras y parecía que estaba en la playa. Yo hice lo mismo, cerré los ojos y un leve viento me rozó la cara suavemente.
Me imaginé en una playa desierta, sólo, con Estrella, acercándonos lentamente hacia el mar, que esperaba impaciente nuestra llegada, salpicándonos con pequeñas gotas que luego se hacían más grandes. Jugábamos apaciblemente con el mar y cuando al sol se le iban agotando las pilas e iba descendiendo, nosotros , mientras, estábamos tumbados en la arena descansando después del apogeo. Ya caía la noche y nos íbamos dejando atrás un deseo y una lágrima en la arena.
Gabriel

Bajo tu sombra me siento, y veo tus frutos, la ciruela, redonda, tu piel lisa, de color verde claro, jugoso y dulce. Tú, árbol, eres frutal, de hojas lanceoladas y dentadas. Tus hojas, son copas. Copas alargadas. Me acoges como una casa con techo, pero sin pareces, para que no nos de el sol. Tu tronco, de color oscuro, un color marrón y su tronco leñoso y elevado.
Nos das comida y sombra. arbolito, tu no puedes hacer más. Tus frutos están ricos en verano. Te talan para plantar otro árbol, com menos calidad. ¿Qué más pueden esperar de ti, querida ciruela?
Haces todo lo que puedes y con eso, no se conforman. Da gusto sentarme en el campo, bajo ti, y comtemplar las vistas. Nos gustas a todos. Tus frutos jugosos calman mi sed.
En el campo estás plantado, esperando a que te olviden. Te cuiden tu larga melena verde, con mechas marrones. Solo en el campo esperando a que te den compañía y te den atención. A mi me encantas. Por las noches pasas miedo, solo estás con la oscuridad
Virginia


Espresión escrita sobre “La obesidad”

Yo conozco a un señor que vive en Almería y que tiene un problema sobre la obesidad. Pesa unos 186 Kg y pasa un cuarto de su vida en una cama o en el sofá. No puede moverse porque con su peso no tiene fuerza para levantarse y andar él solo. Se llama Enrique y tiene unos 42 años. Lleva con la obesidad desde los 37 años, asi que lleva un cuarto de su pobre vida en su cama con el problema de la interminable y dura obesidad. Sus pobre nietos y sobrinos no pueden hacer más por el y algún día llegara a los 200 Kg y con un poco de suerte sobrevivirá pero como no la tenga tendremos que ir a verlo en el tanatorio y darle en pésame a sus parientes.
Jesús


La obesidad mórbida”
La chica, sin poder casi levantarse de su cama, sueña con poder ser libre como una paloma. Quiere salir de su casa sin ser marginada por su peso. Esta chica, no puede afinar su cuerpo, no puede ser como las demás...
Hace ejercicio, pero su cuerpo puede con ella.
-No puedo moverme - decía jadeando- no puedo ni siquiera levantarme...
¡Quiero volver a ser una chica corriente!
Quiere volver a salir con sus amigas, pero no puede.
Voy todos los días a su casa, para ver como sigue, pero no cambia. Su familia sabe que la tiene que operar, pero por la crisis y la falta de dinero, no la pueden operar. Se hace IMPOSIBLE su operación.
El viento, le susurra al oído palabras de esperanza, que le ayudan a tener ganas de seguir viviendo.
María

Lo más esperado del día llega: la hora de irse a la cama. Cuando el sueño conquista tus ojos y te vas a la cama como un sonámbulo . Cuándo te olvidas de lavarte los dientes, quitarte las zapatillas y ponerte el pijama; Así es ese momento del día. Cuándo te metes en aquel “sobre” y te haces una croqueta en el pluma y las sábanas de “pelico”; cuándo tu cabeza se hunde en la almohada y te da miedo estirar los pies hasta el fondo de la cama porque justo allí habita el mas retorcido frío. Así que apagas la luz y... ¡no..! me he dejado la persiana subida hasta el todo y no hay ni un rincón con oscuridad gracias a la dichosa farola situada junto al balcón... ¡Pues no me pienso levantar!
Soñar cuesta muy poco, lo que cuesta es levantarse”.
Julia

Te canto esta canción
con todo mi corazón.
Te balanceo con serenidad
sin prisas y con tranquilidad.
No tengas miedo
que yo contigo subiría al cielo.
Cierra los ojos y duérmete ya
como hacen todos los niños
de este mundo universal.
Si quieres, yo más por ti
me esmeraré,
más cosas te compraré,
pero de lo que no hay duda
es que amor
siempre te daré.
¡Por ti yo moriría
y al infierno iría!
Pero ahora duérmete
que mañana contigo jugaré.


 Expresión escrita:"El mimo"
Sobre la fría,escarchada y dura acera vi a un mimo.
Con dos ojos observadores me dijo con gestos que observara atentamente.
Se puso un sombrero de plumas de los que cuestan "money-money".
Después se puso un chaleco viejo,antiguo y estropeado por encima de una prenda de ropa blanca con rayas negras que parecía de delincuente.
Puso una sonrisa pícara como diciendo:"Dame pasta y me muevo".
Yo por no ser descortés le di una perra lista y... ¡Cómo se alegró!.Se estuvo moviendo durante un cuerto de hora has ta que vinieron "Los mosos de escuadra",entonces la juerga se acabó.
Sigilosamente se alejó precavidamente sin que nadie lo viera.Me despedí de el y el de mi,pero esta vez la sonrisa pícara fue mia y el para siempre se marchó y ya ni siquiera estaba en la estación.
Nunca le volveré a ver sus brillantes dientes que lo decían todo y su mirada que expresaba sus más profundos sentimientos de su cremoso corazón.
Raúl


¡Ha llegado el tapicero !Suena el megáfono ..las mujeres sacan las sillas a la calle y lo sillones todo tipo de cosas que tienen que tapizar. En clase se hace el silencio y oímos...¡ el tapicero ! y nos reímos todos sin motivo alguno .
Las carcajadas explotan en clase. Desde aquel día cuando pasa ese coche blanco y oigo el megáfono me río y por este motivo, hoy, se ha convertido en un chiste malo.
Antonio

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