“Alfarería
de la Calle Silera”
Antiguamente:
En
la esquina de la Calle Silera y la Calle los Huertos, se encontraba
una alfarería, que pertenecía a mi tatarabuelo, que se llamaba
Vicente Márquez (mejor conocido como “Vicentico el alfarero”, mi
tatarabuelo) Como dice mi abuelo, en mi misma casa, se encontraba un
horno árabe, donde se cocían los ladrillos, cántaros, lebrillos,
macetas, y pucheros, donde los agricultores llevaban su almuerzo.
El
barro llegaba de un lugar llamado “Cruz” dónde ahora se
encuentra “el polígono Cruz de Baños”. Era un edificio bajito,
con las paredes bastante gruesas, que mi abuelo tenía que blanquear
en víspera de fiestas. Era muy grande, casi tan grande como la calle
en sí. Había también una nave bastante alta y grande, en la que se
almacenaban el ramón que se recogía en la poda de las olivas, que
traían los “arrieros”, montados en los burros, para que
posteriormente, cuando estuvieran secos, utilizarlos en la cocción
de platos, orzas y lebrillos, porque al estar secos; el acabado tenía
más brillo. En el Museo de Costumbres de Jaén, hay una parirera
(donde las mujeres rompían aguas) que fue encargada por un médico a
mi bisabuelo.
Moderno:
Ahora,
en su lugar hay muchos edificios, y un solar, donde se nota un
antiguo pozo en el suelo, del que sacaban agua, para el uso en la
alfarería. En esa calle, viven los descendientes de los antiguos
propietarios de la alfarería como nietos, bisnietos e incluso
tataranietos. Para toda mi familia es un orgullo vivir donde mis
antepasados nacieron, trabajaron y llevaron su cerámica y nombre de
Bailén por toda España.
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