VISITA
AL MUSEO
Llegó
el día de excursión, toda la clase estaba preparada pa ir al museo;
todas las mochilas tenían: Bocadillos,agua, chuches, chicles... Nos
montamos en el autobús camino a Madrid, para visitar el museo del
Prado. Los niños del otro sexto llenaban el autobús de canciones.
Pasaron horas y por fin llegamos a Madrid.
Todo
era precioso, gente de todo el mundo esperaba para sacar entradas.
Madrid estaba pintado de blanco, los árboles tenían un manto del
color de la cal, que los abrigaba del frío. Todos estabamos muy
contentos, teniamos un cosquilleo en la barriga pero no, era del frío
que hacía. Entramos en el museo y una rafaga de aire caliente nos
pintaba la cara de color rojo. Todo un edificio lleno de cuadros; era
impresionante, grandes pintores tenian allí sus cuadros. El maestro
vio las normas y dijo que nos las leyésemos; Era un rectángulo
amarillo protegido por un cristal, donde ponía: Que no se podia
hacer fotos, tirar cosas a los suelos, no tocar los cuadros, …
Hicimos
una fila y fuimos pasando sala por sala. De pronto un olor navega por
el museo, todas las personas se tapan la nariz. Era un olor amargo y
encima no podías respirar. Pasaron diez minutos y el olor se fue
esfumando como fantasmas por las ventanas. Seguimos viendo cuadros.
Los focos de la luz no dejaban verlos bien, porque se reflejaba en
el cristal. Subimos a la siguiente planta y se oyó un ruido muy
fuerte. Un banco que había en una sala se había caído; menos mal
que no había nadie sentado. Paso una hora y ya todos estábamos
cansados; el maestro nos sacó fuera del museo. Teníamos mucha hambre
y nos comimos el bocadillo.
NIEVES
EL
AEROPUERTO DE MADRID
Llegó
el día, mi hermana Piti se iba de viaje con sus hijos. Ya tenían
preparadas las maletas acompañados por mi padre y por mí para
llevarlos al aeropuerto de Madrid (Capital).
Cuando
llegamos al aeropuerto era alucinante; era grande, olía muy bien y
había muchísimas personas. Mis dos sobrinos pensaban que aquello era
un parque y empezaron a corretear.
Llegó
la hora de pesar las maletas, aunque no hubo ningún problema, y
seguimos andando. Anunciaron el vuelo que llegaba de destino a
Londres y nos despedimos con mucha pena.
Yo,
no me quería separar de mis sobrinos y me los comía a besos como si
no los volviera a ver.
Desde
las autopistas de los aviones nos dijeron adiós y me puse a llorar
porque les iba a echar de menos.
Eran
las once de la noche y llamó Piti para decir que ya había llegado.
Lo importante es que no les pasara nada.
Ahora
hablamos por teléfono y me dice que algún día podre ir con ellos
para ver como es Inglaterra, su trabajo, los colegios, las calles,
etc..
NIANG
VISITA AL MUSEO.
Llegó
el día de ir al museo. Estaba a la vuelta de la esquina de mi casa.
La gente salía muy bien arreglada y con muchas joyas. Los hombres
iban con su pajarita de lunares o con corbatas, el traje elegante y
muy llamativo y esos andares. En cambio las mujeres iban con sus
vestidos, muy ataviadas, agarradas del brazo de sus maridos, los
tacones bajos.
Las
luces se encendieron rápidamente; a mí me encantó mucho, era algo
radiante. Las estrellas del cielo brillaban de noche,, sobre todo la
luna llena, las casas estaban vacías y frías. Cuando me asomaba a
la ventana en la calle había mucho ambiente. Así era como me
gustaba ver a mi pueblo. Al fin mi padre se arregló y mi madre lo
mismo. Mientras bajamos por el ascensor se oía muchos ruidos: las
voces de la gente, los niños jugando, el pregonero. Salí del portal
y mi madre se volvió loca, se paraba en las tiendas o en los
escaparates. Al fin entró en razón; doblamos la esquina y . . .
nos subimos por la rampa, yo le dí las entradas y avanzamos. En la
primera sala estaban todos los cuadros de Picasso y Salvador Dalí.
En la segunda sala era los últimos rayos de sol; era muy bonito. La
que me llamó la atención fue la sala tres. Ese día lo pasé
genial.
BEATRIZ
EL
METEORITO
Hace
muchos años dicen que cayó un gran meteorito en la antigüedad que
arrasó por completo la era de los dinosaurios, pero contenía algo.
Ese meteorito que no se sabe que es a ciencia cierta y que esta más
allá del avance tecnológico. Cuentan que allí un famoso estafador,
viejo, sin familia que había estado en prisión ya tress veces y las
tres se había escapado. Se construyó un gran y lujoso castillo con
todo su dinero se encerró allí y dicen que nunca más salió de ese
lugar que estaba encima de la cosa que cayó del meteorito. Pues mi
hermano y yo íbamos a por él y a quedarnos con él.
Al
entrar un sonido fúnebre y sin vida se escuchaba, el miedo se
acaparó. No sé por que mi sexto sentido me indicó que debajo de
una lámpara de oro de decorados y grabados había una nota, con
papel forrado de plata que en una cara se podía observar un uno y en
la otra sigue y la encontrarás y el tesoro hallarás sigue recto y
guíate por el dos. Aunque pudimos, mi olfato me indicó dos cuartos
de baño, dos, y en una baldosa medio partida se hallaba una nota de
plata forrada que señalaba una nueva pista; la pista tres la
encontrarás y más arriba la verás, si sueñas hasta el final.
Aunque no lo entendimos mis ojos se cerraron y al abrirlos estaba en
el dormitorio principal donde encima de una cama rota y desmenuzada
se encontraba una nota de oro diferente al resto que ponía :
llegaste y acertaste , notas no verás pero el tesoro te quedarás.
En el infierno de la oscuridad sentí que yo estaba rozando aquel
deseado y codicioso tesoro. Pero no había descubierto el tesoro
final. Esta vez nada me ayudó excepto mi propia mente. Al leerlo
varias veces y con detenimiento lo conseguí. Estaba en aquel sótano
con la puerta rajada y destrozada y con un aire de misterio.
Entré
con sigilo y cautela y a la vez con bastante miedo. Un leve y triste
crujido al bajar los peldaños uno a uno; se fue extendiendo un halo
de luz. Un cofre de joyas y diamantes se divisaba en el fondo de
aquel tenebroso y asustadizo pasadizo. Encima tenía una nota con
papel normal y resquebrajado. Al leerlo ponía: “ Aunque no lo
parezca el mayor tesoro no es la riqueza, es la intención, aquí
dejo lo que he buscado toda mi vida y esto no se vende ni se compra.
Al abrir esa abertura no había nada. Pero para mí estaba el mejor
tesoro de todos, la inteligencia y experiencia que me llevé de aquel
cofre del tesoro mágico.
Victor
LA
CASA ABANDONADA
Erase
una vez do niños llamados: Alberto y Alejandro. Una noche fueron a
una casa abandonada. Alex era el mas "cagao" y Alberto era
el más atrevío. Entraron en la casa ; estaba llenas de telarañas,
con arañas de 6 cm. Llegamos a unas escaleras , las subimos y vimos
una rata de veinte cm. Entramos en una habitación. Había un
esqueleto. Se nos cerró la puerta. Alex estaba temblando, pero
Alberto lo estaba tranquilizando. De pronto se oyó un ruido como
uuuuuu. Intentamos abrir la puerta. Así que nos saltamos por la
ventana. Cuando estabamos abajo, nos fuimos a nuestras casas
corriendo. Al día siguiente, fuimos otra vez a la casa. Era de día,
entramos y descubrimos que el esqueleto ya no estaba y se nos subíó
una tarántula. Yo me la cargué y Alex le pegó una patada. Alex era
un gran fan del R.Madrid. Se fueron y al día siguiente hablaron de
acercarse por la noche. Entraron en la casa. Había una rata muerta
sin ojos. Entraro en la habitación; el esqueleto estaba sentado en
el sofá y ahora no había uno sino dos y el otro estaba sentado en
la cama. Se quitaron las máscaras. Eran 2 ladrones. Tenían oro y
joyas. Se salieron de la casa y llamaron a La policía. Tardaron una
treinta minutos en llegar al sitio. Entraron en la casa y los
ladrones salieron con las manos arriba. Ya no había más miedo. Y
asi acaba esta historia.
Alberto
Había
una vez un niño llamado Ángel con seis años que iba acompañado
por un perro llamado Jam. Ángel era un niño con ojos marrones como
el barro, con el pelo rizado de color negro y un poco “tostao”
como las tostadas y su perro tenía el pelo rubio-castaño y negro.
Iba
a casa mi abuela llamada Yaki y tenía 90 años y con pastillas para
todas las enfermedades. Ángel fue a darle un beso y se comío un
poco el suelo y se puso a llorar y la abuela Yaki dijo:
-No
llores niño mío.
Ángel
dejó de llorar y fue para su casa y se subió encima de Jam.
En
un rato quería hacer pis y le atacó un león que tenía los ojos
como la sangre y sedienta boca de carne y le venció y se comío una
rama. Llegó a su casa y en la entrada había un gorila tan gordo
como King Kong y le venció porque se dió en la cabeza con un árbol.
Se refugió en su casa y fue feliz.
JORGE
EL
GRAN HOSPITAL ABANDONADO
En el gran
hospital abandonado, allí estaba Francisco y su amigo Alejandro.
Por los pasillos caminaban asustados. Había un reloj de cocina
colgado encima de una puerta, con los cristales rotos como si fuera
un aviso de... Alejandro asustado tropezó y se cayó, Francisco lo
ayudó a levantarse y siguieron el camino aterrorizados. En una
habitación había una mesa con manteles húmedos y manchados de
rojo; podía ser sangre, ellos salieron corriendo de aquella
habitación. El olor era cada vez más inaguantable; olía a tierra
mojada mezclada con una pizca de olor a muerto. Llegaron al ultimo
cuarto, en el había un espejo tirado y roto. De pronto se oyó un
ruido “plash” como una puerta cerrarse, salieron del hospital a
toda prisa y en el cruce se despidieron. Francisco se fue hacia la
izquierda y Alejandro hacia la derecha haciendo una cruz gigante.
FRANCISCO
LA
CASA ABANDONADA
-Ya casi estamos,
un momento...
-Esto esta muy
oscuro..
Marcos y Rosa, dos
amigos en busca de aventura atraídos por el aburrimiento. Conocían
una casa sucia en la que no vivía nadie.
-Mmm...
Paseaban por un
camino pútrido rodeado por un bosque lleno de árboles tenebrosos.
Cuando se acercaron a las escaleras de esa vieja casa: “¡scuik!”
Con miedo y despacio las subieron con pisadas lentas “¡niick!
- Ya estamos . . . dentro . . .
- … aún no … entramos.- quería decirlo con fuerza, pero le daba miedo que todo eso se derrumbara las dos avanzaron con valor hacia delante; contra más se acercaban a las grandes escaleras que subían al segundo piso más fuertes eran sus latidos
- Creo que deberíamos retroceder …
- ¡ No! … Perdón … ahora no.
- ( respirando hondo) esta bien
Se iba acercando.
En cada paso un chirriante sonido en el suelo les intimidaba. Cuando
ya estaban decididos a subirse mirando intensamente se abrazaron y
ascendieron ¡ Miauu! ¡ Miauu!
- ( Tragando saliva) … ¿ Que fue eso?Un maullido amenazador se acercaba junto con los crujidos de esa casa sin dueño. Al terminar las escaleras y llegar a la habitación una luz parpadeante se divertía balanceándose de un lado a otro, con un suave balanceo. Con cada pequeño sonido, sus pupilas se alargaban como si gotas de agua congeladas fueran.
- Mira …- decía señalando a una zona pantanosa en la habitación
- Ya no hay salida...Con cautela volvieron a cruzar la casa hasta el camino, entonces soltaron un gran suspiro y se relajaron. Pero se preguntaban que había sido de aquel agudo y misterioso maullido de la casa.
MAGDALENA
LA FÁBRICA
ABANDONADA
El
otro día fui con mi amigo Luis a una fábrica abandonada. Al llegar
allí una sensación nos corrió desde los pies hasta la cabeza. El
aire soplaba y algún que otro barrote se movía. Seguimos andando
con paso lento. De repente empezó a llover y nos refugiamos en un
viejo edificio que olía a moho y humedad. Casi todas las paredes
estaban casi derrumbadas y el tejado tenía goteras. Terminó de
llover y cuando salimos todo estaba mojado. Se escuchaba a las ratas
correr y saltar por todas partes. Una gran sombra apareció por
detrás de una excavadora y nos asustamos. Salimos corriendo y nos
marchamos de allí. Luego hablamos de lo que habíamos visto...
Fuimos a casa y se lo contamos a mis padres. Nos dijeron que ahí
vivía un hombre llamado Juan el gordo y todos nos reímos. Al día
siguiente fuimos a la escuela y se lo contamos al maestro. Nos contó
que Juan el gordo era amigo suyo y que la fábrica había sido de su
familia.
Manuel
Jesús.
LA CASA
ABANDONADA
Mi
amigo y yo nos dirigíamos aterrorizados, hacia una casa abandonada,
situada en una solitaria y amplia explanada. Al entrar, detectamos un
quemado olor, como si la casa hubiese sido habitada en unos siglos
pasados. Todo estaba muy oscuro, y sentíamos como nos tocaban, allí
donde no se encontraba nadie. Escalera, tras escalera, subimos a la
segunda y última planta, donde se podían oír voces espirituales y
cómo se cerraba la puerta, por dónde entramos. Se oyó cómo un
crujido espeluznante, y nos sentimos mi amigo y yo observados bajo la
oscuridad de la habitación. Poco a poco fuimos andando hacia delante
y de casualidad y rareza sentí cómo alguien en voz baja me decía:
”seguir recto, y podréis salir de aquí “. Le hicimos caso y
gracias a Dios nos encontramos una linterna, que astutamente cogimos
para poder escapar de aquel misterioso, y a la vez escalofriante
lugar, en el que no volveríamos a entrar.
Manuel
José
El bosque
Un
día nubloso y oscuro decidimos ir al bosque Victor y yo, Nos
sentamos en un tronco sucio caído en el fondo. Sentía miedo, temor,
angustia desesperación. Vimos los cantos de un pájaro negro y
empezó a anochecer.
Caminamos
y se oían el sonido de los ramas crujidas.
El
corazón nos iba a cien. El sudor se nos caía de la frente y caí en
el suelo. El olor era como a flores secas y mustias. De repente,
oímos un aullido atronador. Era como si cada vez estuviera más
cerca de nosotros. De pronto caí al suelo y me hice un arañazo. La
sangre fluía y fluía como una fuente, roja como una amapola. De
repente cayó un rayo, me iluminó y caí al suelo... era el sol la
fuente dorada. Ya se había hecho de día y conseguimos salir de
aquel tembloroso lugar. ¡ Lo que había echado de menos mi humilble
morada ! Me arrodillé ante el suelo y lo besé. Estuve tres días
sin comer ni beber. En ese momento me caí al suelo con una sonrisa
en mi cara y una mariposa en mi mano.
Rosana
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